ACTIVIDADES OBLIGATORIAS
1. Identificar el sistema económico predominante en Andalucía y la influencia de las tendencias políticas
en el mismo.
El sistema económico predominante en Andalucía es sistema económico mixto.
El objetivo del Gobierno Andaluz es situar a Andalucía entre las regiones más
prósperas de la Unión Europea. En este sentido, el principio de solidaridad financiera y las
políticas comunes de la Unión Europea, hasta hoy, nos han brindado la oportunidad de avanzar
en nuestro desarrollo económico, social y medioambiental.
En la economía andaluza el sector agroalimentario juega un papel fundamental,
pues de él depende en torno al 8 % del PIB andaluz. Además la actividad
agroalimentaria es la principal fuente de empleo de más de la mitad de los
municipios andaluces, representando el empleo agrario el 7 % del total andaluz y
el de la industria agroalimentaria más del 22 % del total industrial .
2. Interpretar y tratar con instrumentos informáticos cifras e indicadores económicos básicos.

3. Explicar e ilustrar con ejemplos significativos las finalidades y funciones del Estado en los sistemas de
economía de mercado en el ámbito local, provincial y regional. Explicar las funciones de otros agentes
que intervienen en las relaciones económicas.
En estos momentos, se abre ante nosotros una nueva etapa, con un proyecto estratégico para los próximos años, hasta 2020. Una etapa que debería dar continuidad a los importantes esfuerzos inversores, tanto públicos como privados, que hasta hoy han apoyado el progreso sostenible del mundo rural europeo.
Para continuar nuestra trayectoria de crecimiento sostenible en el sector agroalimentario, cuya capacidad de crecimiento económico y generación de empleo han quedado bien constatadas en anteriores etapas, necesitamos mantener un presupuesto fuerte y suficiente para la aplicación de las políticas agrícolas comunitarias en nuestra Comunidad.
Teniendo conocimeinto que no es intención de la Comisión plantear reformas de sectores específicos como el vino, las frutas y hortalizas o el algodón, en este posicionamiento no entramos a valorarlos.
4. Identificar las características principales de la estructura productiva de la localidad y la región.
Analizar las causas de una deslocalización empresarial a partir de datos sobre la productividad, los
costes y beneficios, así como valorar sus efectos sobre la economía y el mercado de trabajo local y
regional.
El olivar es un cultivo permanente característico de las regiones mediterráneas y que ha definido nuestro paisaje andaluz. En Andalucía es uno de los principales sectores agrarios, representa la principal actividad en más de 300 municipios, genera el 32 % del empleo agrario andaluz, proporciona más de 22 millones de jornales al año y es capaz de producir el 30% del aceite de oliva y el 20% de la aceituna de mesa a nivel mundial. Es un cultivo, con un sector agroindustrial, de investigación y de empresas asociadas muy desarrollado.
La consolidación del sector agroalimentario en Andalucía y su liderazgo en España, junto con su capacidad exportadora, no puede entenderse sin contar con nuestros regadíos: un tercio de la superficie cultivada, casi dos tercios de la producción, con un valor de más de 5.000 M€ y unos 155.000 empleos agrarios. De ahí la importancia en la continuidad de este modelo de sistema productivo.
En Andalucía nos hemos preocupado de apoyar a los regantes y a las comunidades de regantes, desde el inicio del proceso autonómico, impulsando la transformación de regadíos de iniciativa pública y, desde hace tres lustros, cofinanciando la modernización de nuestros regadíos. Desde 1995 se han modernizado más de 350.000 ha, lo que representa el 43% de los regadíos existentes en 1995. La inversión total realizada por los regantes asciende a 1.380 millones de euros, que contaron con una subvención de 870 millones de euros, unas inversiones a largo plazo que hoy todavía se siguen pagando a las entidades financieras.
5. Emplear de forma autónoma y con sentido crítico los recursos tecnológicos en el trabajo habitual y su
aplicación en el desarrollo de proyectos de trabajo que impliquen el análisis de problemas económicos.
Las maneras en las que deberíamos emplear los recursos tecnológicos en el trabajo habitual que existe en Andalucía para favorecer al desarrollo de esta deberían ser algunos como:
- Incrementar la productividad agrícola, garantizar un nivel de vida equitativo a la población agrícola, estabilizar los mercados, garantizar la seguridad del abastecimiento y asegurar al consumidor suministros a precios razonables.
- Las futuras ayudas directas, deben tener en cuenta que los agricultores y ganaderos se enfrentan a distintas condiciones, y por tanto es necesario establecer criterios de diferenciación objetivos que permitan mantener el apoyo adecuado y suficiente para los distintos tipos y orientaciones de nuestra agricultura y ganadería, diferenciando, por ejemplo, entre secano y regadío, entre cultivos anuales y permanentes, entre pastos y tierras labradas, etc.
- Se debe permitir la concesión de ayudas acopladas para determinados sectores vulnerables desde el punto de vista económico, social o ambiental.
- En relación con los intercambios comerciales con terceros países es necesario exigir reciprocidad en las condiciones de producción a los productos importados, articular compensaciones para los sectores afectados por las nuevas concesiones y asegurar el cumplimiento de los acuerdos, en particular el control aduanero por parte de la Unión Europea.
- Es fundamental el reconocimiento, integración y fomento de la participación de la mujer a través de la perspectiva de género como elemento potenciador de las políticas públicas en el medio rural.
- Para garantizar el futuro del campo andaluz, es imprescindible facilitar la incorporación de los jóvenes a la actividad agropecuaria como única manera de conseguir el relevo generacional.